El alargador de penes

Un hombre después de usar un alargador de penes durante 500 horas decidió que ya había esperando el momento para ver los resultados, y éstos fueron nulos. Lo único que había hecho durante esas horas, era perderlas.

Entiendo que en el norte de Canadá, con el frio que hace, el  personal busca la manera de entretenerse dentro de su casa, y ésta es tan buena como cualquier otra. Yo la veo totalmente compatible con la lectura o con ver una película, de este modo ahora tendría la sensación de haber aprovechado un poco parte de esas 500 horas.
Hay una cosa que me sorprende: le echó paciencia!!!

¿Robocop? ¿RoboPen?
No, simplemente: ¡ROBO!

Puedo entender que a los hombres les preocupe el tamaño de su pene. ¿Cómo no voy a entenderlo cuando millones de mujeres se ponen implantes en el pecho?
La mente de cada persona es un mundo lleno de complejos, manías e ideas que nos llevan amargarnos la vida en ocasiones. Y vivimos en un mundo donde la imagen manda sobre cualquier otra característica realmente útil que tengamos.

Este hombre de Quebec ha decidido interponer una demanda que cubra el precio del aparato en cuestión y de los supuestos daños morales que ha tenido por la falta de resultados. Dicha reclamación se hará ante la Corte de reclamos menores.

Póntelo, Pónselo... viene en dos
tamaños: virgulilla y envergadura

Si ha tenido daños morales por la falta de utilidad de dicho aparato, no creo que ayude mucho que la justicia de Canadá le lleve este contencioso por una corte que tiene como apellido “menor”, es como echar más leña al fuego.

La idea de este señor es que otros hombres no sufran la tomadura de pelo que ha sufrido él. Se la podía haber evitado si viera algún documental que otro. Hay un señor en la India, que vive como un ermitaño; entre otras cosas que le entretienen en la soledad de su cueva, es el ser capaz de llevar colgada de su pene (atado por una cuerda) una gran piedra.
Si fuera cierto que es fácil alargar el pene estirándolo, dicho ermitaño llevaría arrastrando el pito desde hace años.

Y nadie se metería en un quirófano a meterse silicona en el pecho, con el peligro que conlleva una anestesia general. Todas en casa tendrían un par de pesas que se colgarían al llegar esperando que su pecho creciera… aunque aquí  el inconveniente es que quedarían caídas y por tanto, poco atractivas.

Es increíble que en pleno siglo XXI, todavía existan panolis que crean que pueden tener un pene más grande sólo por que un aparato se lo esta estirando. Por lo menos no le dio por dar un segundo uso a la aspiradora, quizá los resultados hubieran sido más positivos.

  Está demostrado que la longitud del pene no afecta al rendimiento sexual ni al goce de tu pareja. Si acaso, el grosor podría influir algo más, pero no olvidemos que el interior de la vagina no tiene terminaciones nerviosas.

  En cuanto al famoso punto G (Grafenberg), en teoría situado casi a la entrada de la vagina, no está demostrado científicamente, y en todo caso, no sería mejor estimulado por un pene más largo.

  Las mujeres no valoran el tamaño del pene como piensan algunos hombres. Ellas saben que "más vale pequeña y juguetona que grande y torpona". Un pene excesivamente grande no produce placer, sino dolor. Eso sí, puede servir para encontrar empleo en la industria del cine porno.

  Así que buscar medios para alargar el pene lo único que consigue es reducir el cerebro del que lo intenta (y 262$ la cuenta corriente, de paso).



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