La crisis de los 40

Crisis hay a todas las edades, pero la crisis de los 40 tiene una fama muy especial, se alude a ella en broma, en serio y sin tener siquiera esos años.

Es un momento muy especial en nuestras vidas, porque estamos casi a mitad de camino. Las mujeres se plantean la maternidad por última vez, el tiempo ya se agota, es "ahora o nunca". El famoso reloj biológico se pone a pitar más fuerte, menos en algunos personas donde no suena jamás.

Te planteas tu relación de pareja, ¿es ésto lo que realmente esperaba cuando era adolescente? ¿estoy consiguiendo las metas que me propuse? ¿quiero seguir el resto de lo que me queda de vida con él/ella?.

¿Soy uno solo? ¿soy dos? ¿dónde voy?

En esta crisis se puede llegar a tener ansiedad, depresión, malestar hacia todo lo que nos rodea. Nos vendrán a la cabeza todo tipo de planteamientos, uno de ellos romper con todo y empezar de nuevo, pero la mayoría de las veces, nos conformamos con seguir como estamos por que “más vale malo conocido que bueno por conocer”.

Sentir ilusión por la vida que tenemos, empezar nuevos proyectos compatibles con nuestras vida puede ser un aliciente para sentirnos mejor. No hace falta romper con todo para tener una vida más satisfactoria; con pequeños cambios podemos conseguir estar más positivos y optimistas.

Tampoco se necesita estar a punto de cumplir 40 años para tener una crisis así. A lo largo de nuestra vida nos plantearemos un poco si nuestra vida realmente nos gusta como está o si se puede cambiar algo para ser más felices.

Hay que plantearse que la felicidad al 100% no existe, no por ello vamos a amargarnos, si no podemos estar cerca de ese 100% pero si muy próximos, vamos a relajarnos y disfrutar. Pararse a reflexionar esta bien de vez en cuando, pero tampoco es cuestión de machacarse porque pensaste que a los 40 ibas a tener pareja, hijos y la vida resuelta.

Tener una vida plena es que tú te sientas feliz con lo que tienes y lo que haces, no que te sientas mal por lo que no has logrado conseguir.

  Ah, las crisis, ahora que estamos en una grave crisis económica (cosas del capitalismo, ya sabes), tenemos que tener cuidado con no agobiarnos más de lo necesario.

  Y es que las crisis provocan ansiedad, estrés o incluso escuatro (en los casos más graves). El cuerpo reacciona ante los problemas de diferentes formas: subida de adrenalina por si hay que luchar o huir, tensión muscular, dientes apretados... Y la mente se pone en alerta, en un estado de tensión y vigilancia.

No conviertas tus sueños en imsomnio

  Pero si la crisis es continua, ni el cuerpo ni la mente pueden soportar esa situación de alerta, y nos volvemos irascibles, o caemos en una depresión. Como dice Pablo Motos, el presentador del programa de TV español El Hormiguero: "relaaaájate". Lo mismo decía la canción Relax, de Frankie Goes to Hollywood, aunque me temo que iba por otro lado...

  Precisamente ayer estuve viendo la película Revolutionary Road, protagonizada por Leonardo Di Caprio y Kate Winslet. En ella podemos ver cómo los sueños de juventud se van dejando atrás por la seguridad y las responsabilidades familiares de una vida convencional, y cómo la pérdida de esas ilusiones va minando la convivencia de la pareja.

To be or not to be, pero
si  "tu ví" no me acuerdo.

  Al llegar a la edad de 40 años (o antes, o después), puede que tu vida esté en ese punto donde miras hacia atrás y no te reconoces como el joven al que le gustaba pintar, o componer música, o lo que sea. El que escribía versos a su entonces novia, el que tenía casi todo por descubrir y el mundo entero por conquistar.

  Pero lo cierto es que muy poca gente tiene el talento suficiente para vivir del arte, y para algunas cosas se te puede estar pasando el arroz.

  El caso es que no está tan mal ser alguien "del montón"; ni siquiera es fácil. Cuesta lo suyo mantener una relación, un trabajo y una familia, y tiene un gran mérito.

  Y seguro que, aunque no puedas permitirte grandes y apasionantes viajes o maravillosas veladas de cine y restaurante, sí que disfrutas de muchas pequeñas cosas con tu pareja (o sin ella).
  Jane ya nos ha dado buenos consejos para volver a enamorar, la reconquista del día a día, 10 ideas para mantener viva la pareja, y hemos discutido si existe vida después del enamoramiento. Practicándolas y con una pizca de ilusión no dudo que podrás recuperar la alegría y las ganas de disfrutar.

  Vale, has cumplido 40 años. Te quedan al menos otros 40 más, toda una vida que podrás conducir con más experiencia, más sabiduría, y aún todo un mundo por descubrir. ¡A por ella!
  Los únicos 40 malos son "los 40 principales".

P.D.  Otro día hablamos de las crisis que las parejas suelen tener a los 4 años, a los 7, etc... ¿puras matemáticas o hay una razón real para que se den en dichos plazos? la solución en otra ocasión...



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