La llegada de un bebé a casa es una gran alegría, pero supone un cambio en la vida de pareja rotundo. La vida como se conocía hasta ese momento deja de existir y los cuidados del niño, hacen que nuestro universo gire a su alrededor.
Hay cosas que no se pueden cambiar, un bebé tienes unos periodos de tiempo muy cortos entre toma y toma, y entre medias hay que cambiarlo, bañarlo, etc. Al final del día os daréis cuenta que se ha comido todo vuestro tiempo.
El hombre se suele sentir desplazado, porque suele ser más tarea de la madre estar pendiente del niño (sobre todo si le esta dando el pecho), los biberones se pueden compartir (uno se lo das tu, el otro yo) pero si es el pecho, es tarea de ella sin discusión alguna. Algunos hombres llevan tremendamente mal ese papel secundario que les toca en esos meses. Sienten que rivalizan con su propio hijo por el tiempo de la madre.
Hay que tomarlo con calma, un niño pequeño requiere muchos cuidados que no se pueden aplazar. Hay que ser comprensivos y entender que ese pequeño miembro absorbe mucho tiempo. Y ella se tiene que dar cuenta, que aunque madre, también es pareja y que no se puede olvidar de esa parte de su vida por mucho que tenga un ser que la acapara tanto.
También es frecuente que se sientan desbordados por tanta tarea que se les acumula, ya no es solo el atender al niño, es que ellos también comen, duermen y necesitan ropa limpia y se dan cuenta que no les da tiempo a nada. Esas prisas traen estrés, discusiones y malos rollos entre la pareja. Si son continuados, pueden llevar al alejamiento y al no retorno.
Ellos vuelven antes al trabajo que nosotras, y a veces eso les hace sentirse excluidos de ese lazo que hay entre madre e hijo. Otros llevan tan bien esa vuelta al trabajo, que lo ven como un escape de tanta tarea que requiere un bebé y se escaquea a la hora de volver todo lo que puede.
Si a esto le sumamos que nosotras sufrimos muchos cambios cuando tenemos un niño, desde nuestro aspecto físico que nos hace vernos poco atractivas, sumándole el cansancio que hace que se tenga menos deseo sexual. Es un suma y sigue para que la pareja de deteriore.
No es fácil hacer todo y hacerlo bien, sobre todo cuando se acumulan las tareas. Hay que hablar con la pareja, repartir el trabajo, intentar que la comunicación no sea solo una discusión continua.
Tenemos a nuestro alrededor familiares y amigos que nos pueden echar una mano. No se trata de abusar, ya que el niño es de quien ha decidido tenerlo. Pero nadie se negara a cuidarlo unas horas y que ese tiempo volváis a retomar la relación de pareja, dejando por unas horas de lado la de padres.
Ánimo, son solo los primeros meses, después los niños se van volviendo menos dependientes.
(no es necesario registro).
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