Del mismo libro extraemos hoy interesantes datos sobre los cambios que se producen en el cuerpo femenino durante la fase de excitación:
“La excitación sexual de la mujer se caracteriza por una lubricación vaginal, producida por vasodilatación de las paredes de la vagina y aparición de líquido lubricante. […] Esta lubricación suele tardar de 10 a 35 segundos en producirse (tras el comienzo de la estimulación). Además, durante la excitación, la parte interna de la vagina se alarga y ensancha, y el útero aumenta de tamaño y asciende un poco.”
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En todo caso, y más aún en el caso de la mujer, la excitación depende mucho del aspecto emocional. Pero sigamos con el proceso:
“Por la vasocongestión, enrojecen las paredes vaginales y se aprecia hinchazón de los labios menores y separación de los mayores. Generalmente, hay erección del clítoris y los pezones.Estas son, pues, las reacciones del cuerpo ante las caricias, los besos y demás intervenciones sobre las zonas erógenas de la chica.
Avanzada la excitación, el sistema venoso superficial de las mamas puede hacerse más visible y, a veces, aumenta el tamaño de las mismas. Muchas mujeres ven aparecer un rubor sexual en el escote. […]
Si la estimulación sexual continúa, la excitación va subiendo hasta llevar a la mujer al orgasmo (el tiempo que dura la fase que conduce al clímax es variable).”
Algunos de estos cambios no son visibles ni detectables de modo externo, pero otros sí, por lo que un buen amante debería estar pendiente para entender mejor en qué punto se encuentra su chica, y así guiar sus pasos del modo más placentero para ambos.
(no es necesario registro).

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