Científicos de la Rutgers University de Newark, en Nueva Jersey han querido estudiar el cerebro de la mujer mientras se producía un orgasmo.
Para ello el sujeto que hizo el experimento tuvo que acariciarse el clítoris durante tres minutos, después dejar de acariciarse y pasar a imaginarlo. También se le pidió que realizara los ejercicios Kegel y que al alcanzar el orgasmo levantara la mano para avisar.
Todo ello con un aparato de resonancia magnética para poder observar el movimiento del flujo sanguíneo en el cerebro.
30 áreas del cerebro se activaron durante este proceso. Entre ellas la del tacto y la sensación de recompensa, cosa que no sorprende y parece lógico. Pero también se activaron la de la memoria y el dolor, sorprendente.
Durante el orgasmo se activa la corteza pre frontal, y se activa tanto cuando el orgasmo viene producido por sensaciones físicas, como por la imaginación. La estimulación física activa muchas más zonas del cerebro, por encima de la imaginación y cuando se practican los ejercicios Kegel.
Los científicos han llegado a la conclusión que el orgasmo es un gran analgésico. Estas áreas que se activan durante el orgasmo, puede ayudarlos a conocer una mejor manera, en el futuro, de saber cómo manejar el dolor.
El cerebro de la mujer, ese territorio ignoto (desconocido) por cuyos secretos los científicos son capaces de meterla en una máquina y pedirle que se toque sus partes.
Me imagino a la pobre mujer intentando llegar al clímax sin olvidarse de levantar la mano en el momento crítico. No es manera de concentrarse en el disfrute, sobre todo después de sustituir las caricias por la imaginación.
Es cierto que las mujeres sois capaces de imaginar casi cualquier cosa; pero donde esté la propia mano sabiamente dirigida, que se quite el mero pensamiento. Sin embargo, el estudio demuestra que tanto el orgasmo "táctil" como el "mental" activan la corteza prefrontal. Aunque la estimulación manual activa más zonas.
Unas décadas atrás, se especulaba sobre la existencia de orgasmos vaginales y clitoridianos, diferente entre sí. Ahora, en plena era de las TIC, se lleva más debatir sobre una suerte de orgasmo "virtual". Vamos, que el orgasmatrón que imaginaba Woody Allen no parece tan lejano.
Que se activen las áreas de la memoria y el dolor resulta llamativo. Lo de la memoria puede deberse a que, para ponerse a tono, la cobaya puede recurrir al recuerdo de experiencias pasadas. Lo del dolor parecería explicable sólo en personas con tendencias masoquistas.
Para terminar, si el orgasmo es un buen analgésico, debería estar financiado por la Seguridad Social. La Sanidad Pública no puede permanecer al margen de este poderoso medicamento genérico, que alivia las penas tanto como levanta... los ánimos.
(no es necesario registro).
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