La famosa aunque indemostrable conferencia en Stanford

  Una amiga me envía por correo electrónico el siguiente texto, probablemente apócrifo.
  El tema es muy interesante y viene muy a cuento en este vuestro blog, aunque me picó la curiosidad y decidí buscar más sobre el tema, por eso de tener la información de primera mano (algo se me ha pegado de Ferr Doktor)...

Tras una búsqueda en el gran hermano Google, he encontrado que este texto (idéntico o resumido) ha sido publicado en montones de blogs y páginas de diverso pelaje, casi siempre siendo alabado por su sabiduría.

  No dudo de que lo que dice sea interesante (luego lo comentamos), pero me da la impresión de que en vez del jefe de psiquiatría de Stanford, podría perfectamente venir de una dependienta de Matalascañas, o de cualquier teclado Qwerty del ancho y proceloso globo terráqueo.

  Leedlo y después lo analizamos:

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Conferencia en Stanford. La última disertación iba sobre la conexión mente-cuerpo -la relación entre el estrés y el malestar físico.
El orador (jefe de psiquiatría en Stanford) dijo, entre otras cosas, que una de las mejores cosas que un hombre puede hacer por su salud es casarse con una mujer, mientras que una mujer, una de las mejores cosas que puede hacer por su salud es cultivar su relación con sus amigas. Al principio, todo el mundo se rió, pero hablaba en serio.
Las mujeres conectan entre ellas de manera diferente y se proporcionan sistemas de apoyo que las ayudan a lidiar con el estrés y las experiencias difíciles de la vida. Físicamente, esta cualidad  "tiempo para las amigas" nos ayuda a fabricar más serotonina -un neurotransmisor que ayuda a combatir la depresión y puede producir una sensación general de bienestar.
Las mujeres comparten sus sentimientos, mientras que los hombres a menudo se relacionan en torno a actividades. Ellos raramente se sientan con un amigo a hablar de cómo se sienten acerca de cualquier cosa, o cómo va su vida personal. ¿Trabajo? Sí. ¿Deportes? Sí. ¿Coches? Sí. ¿Pesca, caza, golf? Sí. Pero ¿sus sentimientos? Muy pocas veces. Las mujeres lo hacen todo el tiempo.

Nosotras compartimos desde nuestra alma con nuestras hermanas y, evidentemente, es muy bueno para nuestra salud. El orador dijo que dedicar tiempo con una amiga es tan importante para nuestra salud general como el jogging o ir al gimnasio.
Hay una tendencia a pensar que cuando estamos "haciendo ejercicio" estamos haciendo algo bueno para nuestro cuerpo, pero que cuando estamos hablando con nuestras amigas, estamos perdiendo el tiempo y deberíamos estar ocupadas de forma más productiva. No es cierto. De hecho, dijo que el no crear y mantener relaciones personales de calidad, con otros seres humanos, ¡es tan nocivo para nuestra salud física como fumar! Por lo tanto, cada vez que nos sentamos a charlar con nuestra amiga, date unos golpecitos en la espalda y felicítate por estar haciendo algo útil para tu salud. De hecho, somos muy muy afortunadas.  Así queeeeee... brindemos por la amistad con nuestras amigas. Evidentemente, es muy bueno para nuestra salud.

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Las mujeres hablan más
  Lo que parece difícilmente discutible es que las mujeres habláis más... mucho más... muchísimo más. De hecho, aunque uno quiera estar tan tranquilo con su chica viendo la tele o leyendo, será interrumpido una y otra vez por ella, que le comentará cualquier cosa con tal de no estarse callada ;-)
  Lo anterior es especialmente cierto si ¡lo que están viendo son deportes! :-P

  Pero ya en serio: una de las quejas clásicas de las mujeres a sus parejas es: "ya no hablamos como antes". Para él, está claro que lo de hablar y compartir sentimientos correspondía a la fase de cortejo; una vez establecida la pareja, se le antoja innecesario.

El efecto terapéutico de las charlas
  Tratemos de dilucidar si tiene algún sentido la afirmación de que compartir nuestros sentimientos (como practican más las mujeres) nos hace ser más felices.

  Hay un viejo dicho que reza: "hablando se entiende la gente", pero trata sobre la forma de resolver disputas más que sobre su efecto terapéutico. Sobre ésto, recordemos que el psicoanálisis se basa precisamente en que, al verbalizar nuestros problemas emocionales, los exteriorizamos.
  De este modo, además de desahogarnos (que ya es muy valioso en sí mismo), conseguimos llevarlos a un ámbito más objetivo. En el interior de nuestra mente, sin reflexionar realmente en nuestros motivos, y dejándonos llevar por las olas del sentimiento más o menos desbocado, resulta muy difícil analizar objetivamente los hechos y separarlos de las pasiones irracionales.

¿Buscamos lo mismo cuando charlamos?
  Creo que fue en el libro de Bárbara y Allan Pease "Por qué los hombres no escuchan y las mujeres no entienden los mapas" donde leí la diferente visión de hombres y mujeres respecto a hablar de los problemas. Cuando un hombre te comenta un problema, lo que espera de tí es que le ayudes a buscar una solución. En cambio, cuando una mujer te cuenta sus inquietudes, lo hace simplemente por compartirlas.

  Eso lleva a situaciones de incomprensión entre parejas o amistades de diferente sexo. Mientras ella espera un abrazo o una palabra cariñosa, él ha cogido papel y lápiz y se ha puesto a hacer esquemas del problema y a listar posibles soluciones. Mientras él espera una análisis objetivo de las causas y aspectos materiales, ella le dice que "vaya palo" y "te debes sentir fatal".

  Al menos hay algo en lo que coincidimos: en que mejor si cada uno tiene una esfera de amistad independiente del otro. Que cada uno tenga sus propios amigos y amigas (además de la familia) será fundamental para que todos obtengan lo que desean y necesitan del entorno.

  Y además, así podrá uno ver un partido a gusto, ¡con sus amigos y sus cervecitas!

Puede que parte de razón tengan a la hora de llegar a esas conclusiones el "jefe de psiquiatría", pero si lo llevo al pie de la letra, como yo estoy aquí apartada en la selva y no tengo relación con amiga alguna, eso quiere decir que me pasará lo mismo que a los hombres?
Que estés casado, no significa que hables con tu pareja de sentimientos, por mucho que ella lo busque o te lo exija. Existen muchas personas pululando por el mundo que les cuesta hablar de sentimientos, incluyo también alguna mujer que otra



Habla chucho que no te escucho

Nosotras no nos pasamos el tiempo que estamos con las amigas contándonos la vida unas a otras, ni nuestros sentimientos, entre muchas razones por dos: seria aburridísimo siempre hablar de lo mismo y segunda y casi más importante: contar tu vida es dar munición de ataque a quien se lo estas contando.

En la adolescencia lo hacemos, pero nos volvemos prudentes y cuidadosas con los años. Por otra parte eso que los hombres no cuentan cosas, no me lo creo, siempre se ha dicho que son como el parchís, se comen una y cuentan 20!

Puede ser una pequeña gota dentro del vaso, pero desde luego no creo que sea una gran gota para alargar nuestra esperanza y calidad de vida.

Tener relaciones sociales es saludable, pero ¿hasta que punto es más saludable contar tus sentimientos y ser un libro abierto para las amistades???

Es verdad que hablamos más, necesitamos más comunicarnos, pero también recuerdo alguna vez querer oír algo en la televisión o estar leyendo un libro tranquilamente y tener a alguien del sexo masculino al lado queriéndome dar cháchara. Así que la comunicación también la usáis vosotros y no siempre en un buen momento.

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