Los hombres maduros ¿se cuidan más?

Desde siempre el “arreglarse y ponerse guapa” ha sido algo muy femenino, pero nos estamos igualando en ese culto a la imagen.

Comentábamos en este blog si hay amor y sexo en parejas cuya diferencia de edad es grande, y por grande vamos a establecer más de diez años de diferencia. En algunos casos está claro que pueden existir ambas cosas, en otros, se puede dar una de las dos.


¡cómo está mi niña!

 Lo curioso es que el hombre que es mayor que la mujer, se cuida y trata de estar a la altura de su pareja. Si para eso tiene que pasar por cirugía, algo antes impensable para un hombre, pasa. También participa de la cosmética más avanzada. Hay tratamientos de belleza específicos para ellos.

Me parece estupendo que los hombres se cuiden, que quieran estar guapos para nosotras. Pero también hay que ser consecuente con la edad que tienes y la diferencia de edad que hay con respecto a tu pareja. Es algo evidente que no se puede esconder, como una verruga en la espalda. Sería más fácil asumirlo, que hacer el ridículo, como se ven casos a diario entre los famosos.

Hasta el punto que ya tiene un nombre ese exceso de mirarse el ombligo “Síndrome Sarkozy”. Creo que es evidente que si su mujer esta con él, no es por su físico espectacular, es por que debió de verle algo atractivo que los demás no apreciamos. Y aunque la mona se vista de seda, mona es y mona se queda. Es bajito y feo, si lo asume, se va ahorrar mucho dinero en algo que no va a poder cambiar ni un quirófano, ni un maquillaje.

  Supongo que el término metrosexual incluye el cuidarse mucho el cuerpo y la imagen.

  Pero no sólo importa lo físico: ya decían los romanos "mens sana in corpore sano". A ello, los ropiernas respondían "mens sana in corpore insepulto" (versión necrófila), y hay quien se atrevía a afirmar: "mens sana, culito de rana", siendo esta la versión zoofílica del asunto (salvo que sea un sapo el que lo diga).

  Hablando de Sarkozy y la mona, creo que está claro que Carla Bruni es bastante mona, pero de la variedad inteligente, y de las que no se andan por las ramas, a diferencia de otros simios. El Presidente galo, en cambio, se acerca más al Homo Erectus, especialmente cuando ella se acerca más.
  El artículo que cita Jane dice que "300.000 hombres se someten cada año a este tipo de intervenciones, siendo su porcentaje de un 25 por ciento frente al 75 de las mujeres". Supongo que en mujeres, en vez de Síndrome Sarkozy, se llamará Síndrome Cher. Y para los más religiosos, en vez de síndrome, será Síndone, refiriéndose a un tratamiento con lienzos mágicos que se practica en Turín.

  Yo, por mi parte, no paso por el quirófano ni para curarme las mordeduras de piraña, ni los politraumatismos por embestida de ñu; cuanto menos por quitarme las patas de gallo.


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