La secta del sexo y los extraterrestres

Es importante tener imaginación a la hora de practicar el sexo. ¿Pero cuándo hay que dejar de tenerla? Cuando la historia que nos inventamos para poder acostarnos con alguien se sale un poco de madre.



¡dame un besito, guapa!

 Es comprensible que la gente que tenga difícil ligar, le eche más imaginación que el resto. Al fin y al cabo, se lo están trabajando, y eso es algo muy loable.
Y no sólo lo hace quien lo tiene complicado, lo terminamos haciendo todos cuando queremos agradar, llegar a la otra persona. Preparas una cenita con algo que sabes que puede gustar, compras un regalo, unos flores, un perfume, etc. Es lo mas normal del mundo. Intentas imaginar qué puede agradar a la otra persona para llegar mejor a ella.

Luego están los desquiciados que hacen cosas de lo más inverosímil, pero aun así, hay gente que se lo traga y cuela. Como le ocurrió a un buen hombre, que se inventó un rollo sobre extraterrestres para poder follar como loco, y al final le salió el tiro por la culata.
Con lo fácil que hubiera sido centrarse en una sola persona y una simple cena.

 Impresionante historia la del individuo que se monta una secta para mojar y acaba con el trasero al aire. Digna de Spielberg o de Torrente, no sabría decidirme.

  Es cierto que las personas (especialmente los hombres, me temo), hacemos casi cualquier cosa por echar un polvo, pero lo de crear laboriosamente una secta me parece excesivo.

  No sé cuál será la receta para convencer a jóvenes impúberes (o púberes si se tercia, pero vírgenes en todo caso) de que se reserven un poco más para consagrarse a una suerte de sexo sagrado con un carismático líder. Si el susodicho dirigente es capaz de convencerlas sin necesidad de  poseer un físico espectacular, sus sabios consejos resultarían harto interesantes a multitud de machos ansiosos.
  Una buena secta de viciosos sexuales podría muy bien denominarse "acólitos anónimos".
  Además, todo el mundo sabe que las sectas ya están pasadas; ahora se llevan más las séctimas.

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