Acoso en la red… y en la vida real

  En esta ultima semana ha salido la noticia de una adolescente que se ha suicidado por el acoso sufrido en la red, a causa de una persona que difundió fotos suyas.

  Hace algún tiempo hablamos sobre el peligro del Sexting en la red. De hecho en este blog hemos publicado varios artículos sobre sexting.

Malo es que colguemos nuestras propias fotos en internet o las enviemos por móvil, pero mucho peor es que otra persona, a nivel privado las reciba y empiece a difundirlas sin nuestro permiso.

El caso de  Amanda Todd

  Todos claman ahora al cielo porque una joven ha decidido poner fin a su vida después de vivir unos años de acoso. Sin quitar culpa al acosador, a mí me resulta igual de espeluznante la reacción de la gente que la ha rodeado. Aquellos que ahora hacen vigilias por su muerte y en recuerdo de la victima, seguramente han participado en el acoso.

  Hay un culpable, que fue el que se dedico acosarla y difundir las fotos. Y otros muchos igual de culpables, que igual que borregos, decidieron que había que acosarla, criticarla, agredirla incluso físicamente, para hacerle la vida imposible. Entre todos ellos la llevaron al suicidio, no sólo fue el acosador de la red.

  Si bien hay que plantearse cómo protegerse a todos los niveles de los problemas de la red, nadie parece haberse planteado cómo protegerse, defenderse antes las agresiones que se hacen en vivo y en directo, como consecuencia de la difusión de fotos que uno no hubiera querido que se publicaran.

  Son muchos los culpables de ese suicidio. Aunque sólo se hable del acosador, todos ayudaron a amargar los últimos años a Amanda Todd y a que tomara una decisión así de drástica. 

  A nivel legal y policial debió recibir mejor ayuda, es cierto. ¿Pero qué clase de monstruos estamos generando que se dedican hacer la vida imposible a los de alrededor?. ¿Cómo es posible que tanta gente, por el hecho de ver esas fotos de Amanda, decidiera agredirla diciéndola burradas, empujándola en cierta ocasión a una cuneta, hasta la llegada de su padre? ¿Por qué nadie se plantea que la reacción de todos esos compañeros suyos (por llamarlos de alguna manera) es tan delictiva como la del propio acosador? ¿Por qué nadie la ayudó?.

  Desde que conocí la noticia, son preguntas que están en mi cabeza. Tampoco entiendo que dentro de las noticias, en ningún momento nadie se plantee la culpabilidad de todos aquellos que amargaron a esta chica en su día a día fuera de la red.

   Estoy de acuerdo con Jane en que el entorno de la víctima ha sido también responsable del suicidio de esta joven. Cualquiera puede cometer un error, cuanto más un adolescente que se deja engatusar por un adulto que supo comerle la oreja con tan malas intenciones.

La responsabilidad de los padres

  Los padres, probablemente, vivan en un mundo de fantasía en el cual no existe el ciberespacio y su hija no se relaciona por Internet con véte a saber qué tipo de gente.
  Me recuerda a los padres que afirman orgullosos que su hij@ adolescente no consume droga, ni se emborracha, ni tiene relaciones sexuales. Siempre son los hijos de los demás, los marginados, los que no tienen videoconsolas, PCs de escritotio, tablets y móviles de última generación.

  Hace unos meses acudí a un instituto para oir una charla sobre los peligros de internet. Organizada por la asociación de madres y padres de alumnos, pretendía alertar a los padres y dotarles de los conocimientos y precauciones necesarias para proteger a sus hijos. Aunque era gratuita, sólo acudieron 5 personas, contando con el ponente. Probablemente, en la tele programaban algún reality-show o un importante partido de fútbol. Al fin y al cabo, los chicos saben perfectamente cómo manejarse en la Red (¿?).

Los "amigos" y "compañeros de la víctima

  Si los padres pecan por inconscientes, los adolescentes que rodeaban a la pobre chica no fueron precisamente una vía de ayuda en una situación tan difícil. Puedo entender que los que no son amigos no se molesten en ayudarla y ofrecerle comprensión y afecto.
  Pero lo que me parece absolutamente malvado es que encima, se dediquen a hacerle la vida imposible, a someterla a todo tipo de vejaciones. El bullying o acoso escolar parece ser una de las formas de expresión más difundidas en la comunidad "educativa".
  Lejos de mostrar empatía, los compañeros se dedicaban a maltratarla y hacer que una mala experiencia se convierta en una ruta hacia la desesperación. Una chica desamparada, pasando por una experiencia tan amarga, no sólo se sintió sola, sino además, mal acompañada.

  ¿Qué tipo de sociedad estamos creando?

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