
Para algunos el acumular agresividad
antes del pistoletazo de salida, hace que esa persona tenga mayor
rendimiento que si se ha desahogado antes. Para otros, es justo lo
contrario, una persona que dentro de su entrenamiento en el día a día tiene sexo, ¿por qué tiene que prescindir de él en las competiciones?
Resulta curioso que los expertos en estos temas no sean capaces de ponerse de acuerdo.
De todas formas, parece que a los deportistas estas opiniones
encontradas no les importan mucho y tal y como dijimos en otra entrada
de nuestro blog, en las olimpiadas se practica mucho deporte y mucho sexo.
Muchos deportistas tienen auténticos rituales antes del entrenamiento o competición, si alguno esta acostumbrado a tener también sexo, no tiene por qué afectar a la falta de rendimiento.
No hay ningún estudio que nos pueda llevar ni a una opción, ni a la otra. Todos hablan por hablar. Algunos achacarán el no conseguir una medalla
a que la chica o chico en cuestión, la noche antes estuvo de juerga.
Otros, al contrario, pensarán que la han conseguido por pasar una estupenda noche compartida al lado de otra persona.
Es verdad que son jóvenes, que están acostumbrados a hacer mucho ejercicio y a recuperarse rápido. Como bien nos decía Tarzán el otro día, cuando nos comentaba si combinaban bien el sexo y el deporte, será como todo en esta vida: en exceso perjudica y en su justa medida ayuda a que todos seamos más felices. Un entripado de comida antes de correr los 1.000 metros no debe ayudar a llegar el primero, y tampoco pasarse la noche en blanco echando un polvo tras otro.
Es verdad que son jóvenes, que están acostumbrados a hacer mucho ejercicio y a recuperarse rápido. Como bien nos decía Tarzán el otro día, cuando nos comentaba si combinaban bien el sexo y el deporte, será como todo en esta vida: en exceso perjudica y en su justa medida ayuda a que todos seamos más felices. Un entripado de comida antes de correr los 1.000 metros no debe ayudar a llegar el primero, y tampoco pasarse la noche en blanco echando un polvo tras otro.
En los juegos olímpicos se ha dado el caso de parejas, matrimonios, que
han tenido que dormir con compañeros del mismo sexo. No les han dado la
posibilidad de compartir habitación con su pareja. Es lo que le ha
ocurrido al tirador Russel Mark. Otra pareja que duerme separada son los nadadores alemanes Britta Steffen y Paul Biedermann. Esto
ya me ha parecido que roza la ridiculez. Pero bueno, ahora lo
explicarán dando muchísima importancia a que todo tiene que estar muy
organizado y colocado.

Eso de separar a las parejas parece de patio de colegio. Me los imagino echando un polvo en los vestuarios o en cualquier rincón de la villa olímpica, pidiendo una habitación a sus amigos o en un hotel.
Si se trata de rendimiento, la frustración sexual dudo que ayude a la concentración. Seguramente estar tranquilos y centrados en la competición sea fundamental para dar el máximo en las pruebas deportivas.
Y si se trata de justificar fracasos en las expectativas creadas, cualquier excusa es buena.
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