Liz Earls, la cincuentona cachonda devora jóvenes

  Ya hemos hablado de cougar, el término que se da a la mujer madura que sale con chicos más jóvenes. Normalmente la mujer tiene más de 40 y la diferencia de años con respecto a los chicos con los que sale es de 8 años en adelante.
  Cierta cincuentona se dedica a tener relaciones sexuales con chicos más jóvenes, saca fotos de dichas aventuras y ha llegado a publicar un libro sobre esos encuentros (“days of the cougar”). No me sorprende que lo haga, o que se haga fotos. Lo que me sorprende es que se la califique de "cincuentona cachonda".
 

¿Tienen derecho las mujeres mayores a gozar de chicos jóvenes?

  Durante siglos los hombres han sido quienes ha tenido más apetito sexual, y que lo tuvieran, pidiendo "guerra" a sus parejas o buscándolo fuera, no hizo que se les calificara bajo ningún término (ni bueno, ni malo).
  Ahora cougar no sólo se usa para calificar a estas mujeres que tienen relación con hombres mas jóvenes, es que se ha especificado más en dicha definición y se las lleva a calificar de devoradoras o salidas. Términos peyorativos y que me parecen un tanto injustos. Parece que sí puede haber hombres con un elevado apetito sexual y nada hay que decir de ellos, pero si ese apetito lo tiene una mujer, se la califica mal.

  Esta mujer que ya es mayorcita para ejercer su libertad como le dé la gana, incluso está apoyada por sus hijas ya mayores de edad, que casi son las únicas personas que podrían opinar algo en lo que ella hace. Si disfruta de esa manera ¿qué mal hace?. Si sus parejas, ocasionales o no, les gusta compartir esas experiencias con ella y no es obligado, ¿dañan a alguien?. Entonces ¿por qué el ser humano tiene que ser tan agresivo e hiriente ante algo así?.
  Me parece estupendo que lo haga. No es que ella necesite mi visto bueno, no lo necesita. Lo que me enfada es la cantidad de gente que se dedica a meter las narices en las vidas ajenas, cuando a ellos ni les va ni les viene lo que hacen esas personas.
  Lo de vive y deja vivir parece cada día una misión más imposible.


  Desde luego, lo que haga esta mujer con sus parejas ocasionales o estables es asunto suyo, y nadie puede reprocharle nada, ya que las relaciones que mantiene son consentidas y entre adultos.
  Calificar con adjetivos peyorativos a las mujeres que toman un papel activo en su sexualidad es hipócrita e irrespetuoso.
 
  Lo que resulta más curioso es que se dedique a publicar estas actividades, sacándolas de la esfera de lo privado en que normalmente mantenemos nuestra sexualidad.
  ¿Provocación, mero interés económico, reivindicación feminista…? No sabría decir, quizá una mezcla de todo eso, pero al menos saca a la luz una tendencia (la de las cougar, que se traduce al español como fieras) que parece estar creciendo esta última década.
 
 

Toma el control de tu vida y tu sexualidad

  Lo que me parece más interesante de la historia de Liz es que en plena crisis de los 40 años, una etapa difícil de la vida, más aún para una mujer, decide cambiar de rumbo totalmente. Y consigue sus objetivos.
  No sólo cambia un (supuestamente aburrido) trabajo de oficina como directora de recursos humanos para pasar al excitante mundo del arte erótico, y a dirigir a sus jóvenes parejas en sus múltiples encuentros sexuales.
 
  No es que considere que todas las mujeres u hombres deban dejarlo todo, abonarse a la cirugía estética y dedicarse a follar como locos. Pero sí pienso que merece la pena reflexionar sobre si nuestra vida se desarrolla como queríamos, como soñábamos.
  No es necesario hacer cambios tan drásticos para añadir algo de picante y excitante a tu vida, pequeños cambios de actitud que pueden representar sustanciales mejoras de tu vida en pareja o en solitario.
 
  El frenesí sexual ninfomaníaco de Liz puede ser una pose destinada a vender libros y potenciar su carrera como artista mediática. O puede ser real, me da lo mismo.
  Lo importante es que cada uno puede buscar su propio camino, en función de sus intereses y sus posibilidades. Y la edad n oes un impedimento para darle otro aire a tu vida, hacerla más excitante y que merezca la pena vivir. ¿Te animas?

  En este mismo blog puedes leer más de la historia de Liz Earls y de su libro “Days of the Cougar”

 

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