Seguimos intentando provocar sonrisas en estos días de rescates y crisis.
Nada mejor para ello que unos cuantos chistes verdes, cortos pero intensos:
Jaimito pasa por delante de la puerta del cuarto de sus padres y no puede dejar de mirar por la cerradura. Al cabo de un rato, se aparta y exclama:
-¡wow! y luego me dicen a mí que no me meta los dedos en la nariz.
¿Qué hay detrás de la vaca que ríe?
El toro que empuja
Tengo una novia que tiene las tetas como cocos.
-¿De grandes?
-No, de pelos.
Un hombre y una mujer están solos en un ascensor:
-Perdone, ¿podría oler su coño?
-No !!
-Entonces lo que estoy oliendo deben ser sus sobacos.
Una mujer le dice a otra:
-Pues yo no puedo entender por qué no has ido todavía a ver al nuevo ginecólogo. Es tan joven y guapo... en cambio, ese ginecólogo al que has ido durante toda tu vida es tan viejo y asqueroso...
-Ya, ya lo sé... ¡pero es que sus manos no dejan de temblarle!
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