Eurocopa, Olimpiadas… ¿crónica de una ruptura?

  Parece que llevamos un año cumplidito en competiciones deportivas que nos enganchan a la caja tonta más de lo habitual.

  Si en periodos normales, el final de las vacaciones de verano o las navidades son causa de rupturas entre las parejas, el añadido de este año puede producir todavía más bajas colaterales.

Hombres y mujeres son fans del deporte

  La cuestión es que siempre ha sido cosa de hombres ver los partidos de fútbol, baloncesto, etc. Pero hoy por hoy, las mujeres son tan forofas del deporte como los hombres. No se les puede echar la culpa a los hombres y su obsesión por el deporte, ahora dicha afición esta mucho más repartida entre ambos sexos.

  ¿Cómo evitar dichas rupturas? Tanto si eres hombre, como mujer, el problema será el mismo. Estar pendiente de dichos eventos hace que la pareja pase a un segundo puesto. Por tanto, compénsala, negocia con algo que a él/ella le guste. Sal de cena después, o al cine, o a ver Cuenca. Pero haz algo a parte de estar apalancado en el sillón.

  También se da el caso, que muchas veces nos quejamos porque necesitamos tiempo para nosotras/os, que queremos ir a nuestro aire, o salir con las amistades sin la pareja a cuestas. Pues aprovecha ahora para hacer todo eso de lo que te quejas el resto del año.

  Si no quieres dejar a tu pareja tanto tiempo en casa, ponte las pilas con el deporte que le guste y aprende todo lo que puedas sobre ello. Y cuando estéis ambos frente al televisor, dale datos y lo sorprenderás gratamente. Eso si, de forma moderada, tampoco se trata de ser pedante o la wikipedia.

  Tener paciencia, que tampoco va a durar toda la vida. De momento la Eurocopa ha terminado, y las Olimpiadas duran 15 días. Siiiií, ya sé, después empezara en breve la Liga de Fútbol. Pero hay que ser optimista, el verano que viene ni hay Mundial, ni Eurocopa, ni Olimpiadas… y es que quien no se conforma, es porque no quiere.
  Proceloso asunto el del deporte. Es cierto que, en tiempos de crisis económica, el pan y circo es muy útil a los gobernantes para despistar a la población y que todo siga igual (de mal).
  Ahora, el pan está racionado, y el circo ya no consiste en gladiadores desmembrándose y mutilándose unos a otros. En la era de lo políticamente correcto, los espectáculos son menos agresivos, pero igual de bien pagados.

Un MegaMix de deporte y corazón

  Si bien es cierto lo que dice Jane y ya no son sólo los hombres los que están pendientes de los eventos deportivos, creo que aún es muy mayoritaria su presencia. Del mismo modo que son pocos los hombres que siguen los programas del corazón y las evoluciones de los famosos.

  Curiosamente, los responsables de los medios de comunicación han tomado nota de esa dicotomía e intentan ponerle fin. No por un sano intento de evitar rupturas matrimoniales, sino por intereses económicos. Y así, en los programas de la prensa amarilla cada vez vemos más periodistas siguiendo a los deportistas, mientras los programas deportivos cada vez dedican más tiempo a dónde pasan las vacaciones los futbolistas y sus familias.

  ¿Un modo de hacer soportable a los hombres los programas del corazón que ellas quieren ver, y a las mujeres los programas deportivos que ellos no quieren perderse? ¿Una forma de ampliar los contenidos para que los programas aumenten su duración?

  También vemos que es costumbre poner chicas guapas al frente (o a los lados) de programas deportivos. En la foto de la derecha vemos a Vanessa, la presentadora de Televisa Deportes, presentando el programa en bikini tras perder una apuesta con su compañero.
  En España ha sido muy comentado el caso de la periodista y novia de Iker Casillas, Sara Carbonero, cuya capacidad ha sido puesta en duda por tener los ojos y el cuerpo demasiado bonitos como para ser profesional. ¿?

¿Exceso de Deporte = riesgo de ruptura?

  Si sólo fueran los partidos, en un par de horas ellas podrían tomar el mando (a distancia) y cambiar de canal para devolverle la pelota y hacerle tragar un programa de famoseo. O consensuar una película, serie de TV o documental, para ver agradablemente abrazados en el sofá.
  O, mejor aún, dedicarle un rato a eso que llaman tiempo de calidad con tu pareja. Por ejemplo, en la cama. Aunque, si el equipo del chico ha sido derrotado, es probable que se le haya instalado un periodo refractario que le impida dar la talla.

  Pero antes del partido, está la previa, y después, el postpartido, los análisis, las repeticiones de las jugadas polémicas, las declaraciones de jugadores, entrenadores, directivos, utilleros y aparcacoches, todas ellas fundamentales para la adecuada comprensión de lo sucedido.
   Así que un encuentro de 90 minutos se convierte en 6 horas de estar pegado a la pantalla (y a la radio si es preciso), de consultas por internet e intervenciones en chats y foros, defendiendo a tu entrenador y/o jugador favorito, sacando las garras contra todo aquel que defienda al otro equipo, rebozando la victoria a los fans rivales, o acusando al árbitro de garrafales errores, según sea el caso. Si es el partido del siglo, las 6 horas se dilatan hasta 2 semanas.

  En eso ellas son menos plastas. Después de ver su programa del corazón preferido, no suelen pasarse horas de mala leche porque tal torero ha dejado a tal cantante. Eso sí, como insistan en ir a ver los trapitos que lucía la marquesa de no-se-qué, lo llevas crudo, chaval. Te vas a tragar todas las estanterías del centro comercial entero.

  En fin, chicos y chicas: recordad que hay una actividad en pareja que aúna el deporte y el corazón. Es saludable, placentero y refuerza el vínculo de la pareja. ¿lo adivinas?

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