Entrevista a la Sexóloga Carmen López Sosa, 2 - Investigación científica en Sexología

  Continuamos la entrevista a la sexóloga Carmen López Sosa, doctora y profesora de la Universidad de Salamanca y autora del libro “Sexo y Sólo Sexo, una respuesta a todas las curiosidades, temores y dudas” (Planeta, 2005).
  Lo habíamos dejado hablando de la dismorfofobia, y de cómo la investigación científica a veces no es tan seria y honesta como debería.

La investigación científica en Sexología

  Sobre las falsificaciones en la investigación, la Dra. López Sosa indicaba:

“Hay mucho de eso. Yo no creo que la investigación científica, aparte de los pufos que hay incluso de [premios] Nobeles... la presión del profesorado y los científicos es tan bestial que se publica con datos cuantitativos, no hay nada cualitativos. Hay tests que miden calidad de vida, pero eso es diferente en cada cultura y nivel económico.”

  Sobre la calidad de los trabajos publicados, nos revela un panorama que no sale muy bien parado; al preguntarle si se publica mucho pero de poca calidad, afirma:

“Yo digo que no aporta nada. Se debe de publicar sólo lo que sea un avance científico... lo que realmente ocurre es que todas [las investigaciones] son iguales. Unas se citan a otras, pero no hacen más que entretener al personal. Los principales grupos de investigación son americanos y las revistas son de ellos, hay un monopolio y nadie les contesta.”

 
  Parece que el interés científico es secundario y lo que prima es el aspecto pecuniario:

“Una publicación en una revista de prestigio, aunque no esté exenta de mentiras, puede suponer al investigador un sexenio (100€ al mes). Si tengo unos datos interesantes, y conozco en un congreso a una persona relacionada con una editorial, la invito aquí, la llevo a conferencias, la paseo, la llevo a Marbella, y, aparezco en una publicación.”  […]
“La ciencia no se libra de tener una corrupción impresionante, pero está destruyendo gente muy válida, que podría aportar mucho”.

 
  Se queja de que a veces, las investigaciones no siguen un camino lógico:

“Hay estudios sobre orgasmo vaginal [...] menos de un 22%, 18% de mujeres tienen un orgasmo vaginal... ¿por qué corre tanta tinta?. Ahora no sólo hablan del punto G, sino del punto K, etc... Sacan muchísimos libros. Ha salido recientemente una revista de sexología europea, había muy pocas. Todo lo demás son libros publicados en inglés y se traducen al castellano. Casi todos estudios epidemiológicos y sociológicos.”

 
  Y la investigación se reduce a los animales:

“NO hay investigación, porque sólo la hay con primates (bonobos), y es especie protegida. Adoptan la postura humana, hacen orgías, son voyeuristas, se masturban... así que tienen conductas muy parecidas a los humanos. Se considera el más próximo al humano en ese aspecto […] Las ratas sólo se acoplan... Y no hay más investigaciones..”

 
  Precisamente uno de los “argumentos” de los detractores de la homosexualidad, la masturbación y cualquier forma de vivir el sexo de forma libre y sin traumas complejos, era que esas actividades “no son naturales”. Como vemos, el sexo que propugnan los católicos y otros reaccionarios es el de las ratas.
 
  Es difícil investigar la sexualidad en humanos:

“Actualmente hay algunas de resonancia magnética en impregnación de áreas cerebrales acerca de la visualización de aspectos (fotos, gente haciendo coito...), para saber qué zonas cerebrales se activan. Y algún coito en cama de resonancia magnética en Holanda. ¿Qué se sabe? Muy poco...
En España estudiar eso es imposible, porque tendría que estar interesado el grupo de resonancia magnética, y usar un aparato tan caro y con tanta lista de espera... Yo lo he intentado 50 veces sin éxito.
Por ejemplo un vibrador introducido en una vagina ... subvención no tendría, y sin ella, nada.”

 
 

Investigación aplicada en Sexualidad

  La Dra. López Sosa nos habla sobre algunos intentos que no han tenido éxito:

“Los laboratorios han estudiado cómo retrasar la eyaculación y ha sido un fracaso. Se creyó que iba a ser un boom, pero 12€ cada pastilla es muy caro. Ahora el viagra ha perdido la patente, está como genérico. Pero la ley sólo exige al genérico tener el 80% de sustancia activa. El coadyuvante, el excipiente también tiene valor. No es tan cierto que un el genérico consiga el mismo efecto”.

 
  Y es que los investigadores no disponen de la financiación que necesitan:

“La investigación pública no existe, hay becas para niveles de investigación como Instituto del Cáncer, ahí hay dinero público (edificio, trabajadores) y privado (toda la innovación tecnológica). Sí hay investigación básica.
En EEUU sí invierten porque tienen una política distinta.”

 

  Pronto seguiremos desgranando la entrevista con la Doctora Carmen López Sosa. No te lo pierdas.

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