Hace unos días Jane hablaba sobre el libro de Sylvia de Béjar: Deseo, y me gustaría dar mi opinión sobre el tema.
Limerencia y enamoramiento vs acomodo
Ya hemos hablado en otras ocasiones sobre la limerencia, esa sensación que nos recorre el cuerpo y la mente en las primeras fases de una relación de pareja y que nos hace desear estar con el ser amado las 24 horas del día.
No parece posible mantener ese estado de “intoxicación hormonal” durante mucho tiempo; probablemente, el cuerpo no lo soportaría, y tampoco el cerebro puede soportar esas cumbres emocionales de forma indefinida.
Así pues, con el objeto de normalizar nuestra vida después de tan intensas sensaciones, dejamos de sintetizar grandes cantidades de endorfinas, adrenalina, fenilenetilamina, testosterona, noradrenalina, serotonina, vasopresina, dopamina y oxitocina. ¡Eso es un cóctel y no los mojitos de algunos bares!
Oxitocina y embeleso
La oxitocina parece ser la responsable de que amemos a nuestra pareja apasionadamente, y no podamos dejar de pensar en ella, perdiendo incluso el sueño.
En la Universidad de Pavia (Italia) han investigado sus efectos, y han detectado que tras el primer año de relación, los enamorados reducen drásticamente su producción. Esto podría explicar ese bajón de enamoramiento que experimentan casi todas las parejas.
"En un futuro se podrán resolver por medio de la química los problemas del amor y desamor"
Eso sí, reconoce que aún falta mucho para que estos tratamientos sean factibles. Mientras tanto, tendremos que seguir enamorándonos y desenamorándonos del modo tradicional…
(no es necesario registro).
Sería curioso poder recuperar la pasión por medio de una pastilla, que te vuelva hacer sentir ese no sé qué que te recorre el cuerpo en los primeros meses de relación. Se van hacer ricos los laboratorios que lo logren!
ResponderEliminarGracias anónimo, por tu aportación.
ResponderEliminarNo sé si sería bueno o no lo de la pastilla:
-Por un lado, podría paliar muchos conflictos de pareja causados por la falta de cariño y/o deseo.
-Por otro, da la impresión de que sería "poco natural", como si se hubiera forzado un poco. Me recuerda a lo de invitar a una lujosa cena para llevarte a alguien a la cama.. no sé...
¿qué pensáis?