Tuvimos la suerte de concertar una cita con la única sexóloga médica que ejerce como profesora de la universidad española, y que no imparte clases de otras materias.
“La vagina abraza y acoge a un hombre. Digo ‘hombre’ y no ‘pene’ porque es al hombre al que percibe”
Un libro que repasa los deseos y temores de hombres y mujeres en sus relaciones sexuales, con una visión no reducida al genitalismo ni a lo biológico, sino abarcando toda la dimensión emocional de las parejas.
CV de la Dra. López Sosa
Carmen López Sosa lleva más de 20 años en la profesión, con un impresionante curriculum, que intentaremos resumir:Del 1984 al 86 realiza estudios de sexología, y en 1989 se doctora en Medicina y Cirugía en la Univ. de Salamanca.
Obtuvo el Master en Sexualidad por el Instituto de Ciencias Sexológicas de Madrid, y estudió clínica terapéutica en el Hospital Cantonal de Ginebra.
Autora del libro “Sexo y Sólo Sexo” (Ed. Planeta, 2005), y de numerosas publicaciones en revistas españolas y europeas, capítulos en textos de divulgación médica sexual, ponencias en congresos, etc.
La sexualidad Antes y Ahora: 25 años de cambios
Le preguntamos si las conductas sexuales han cambiado mucho en estos 25 años: “la gente tiene menos miedo ahora a conductas coitales”. Asegura que el petting se practica muy ampliamente, y que las relaciones prematrimoniales (antes muy mal vistas) “ni se discuten, salvo por opción religiosa que lo impida”.Afirma que “la anticoncepción libera muchísimo”. Y es que antes, el miedo a quedarse embarazada impedía a muchas mujeres el acceso a una sexualidad más libre y abierta.
Tolerancia sexual
Sobre si ahora hay más permisividad social hacia la sexualidad, nos indica que “La gente es más tolerante que en los años 50 con determinadas actividades sexuales y sobre todo opciones sexuales”. Se refiere a variantes como la homosexualidad y la transexualidad, que cada vez son aceptadas por más amplias caspas de la población.Distingue entre quienes aceptan que los demás elijan otras opciones, y quienes sólo lo toleran, marcando una “asimetría entre tolerado y tolerador”. Continúa:
“Yo te tolero algo… Pero usted no es quién para tolerarme nada, ni me debe juzgar porque mis actividades sexuales pertenecen a mi mundo privado. Y siempre que no dañen a nadie y que haya un consentimiento de dos personas con claridad de juicio. Si ocurre eso, preservando los derechos de salud y humanos, nadie tiene por qué inmiscuirse. Es terreno privado.”
Niega que alguien tenga potestad para dictaminar qué es lo normal: “Tolerancia: Ese término se utiliza mucho y no se analiza...”. Y defiende la libertad de cada uno: “que yo practique p.ej. sexo en grupo, no es asunto de otros”.
Homosexuales y Transgenéricos
Hablando de respeto y tolerancia, la Dra. López Sosa nos comenta: “Algunos padres te preguntan cuando tienen un hijo homosexual: ¿Esto es hereditario? ¿Es genético? Buscan una tabla de salvación, algo que les justifique...”. Porque para algunas personas mayores, ser homosexual es un estigma para toda la familia, y se sienten responsables de “la perdición” de su hijo o hija.La doctora recuerda que se está buscando si existe un gen responsable de la homosexualidad, y se pregunta: “Si lo hubiera, ¿cómo utilizaríamos el tal gen?”.
“Vamos a considerar la premisa de que ese gen existe. Entonces, tenemos que tratarlo para convertirle en un animal reproductor. Porque la única diferencia entre un heterosexual y un homosexual es la reproducción”. Aunque dos lesbianas se pueden inseminar. El problema de reproducción son dos homosexuales que necesitan vientre de alquiler. ¿Qué importaría que exista o no el gen?”.
Seguramente, para la Iglesia Católica y otros fanáticos que consideran un mal bíblico la homosexualidad, el descubrimiento de una causa física de esa “desviación” sería una excusa para seguir tratándolos como enfermos, como anormales que deben ser “curados” para que puedan comportarse “como Dios manda”.
A la Dra. López Sosa le parece más interesante “el Transgenérico, el que dice que su cuerpo es diferente de lo que piensa su mente. No soporto mis genitales porque me considero que soy una mujer en un cuerpo de hombre, (o al revés).”
Nos cuenta que no existen suficientes estudios científicos serios y contrastados sobre transgenéricos; aunque se sabe que se sienten mejor a nivel social después del cambio de sexo, muchos afirman que no consiguen placer sexual.
No me gusta mi cuerpo
Cada vez hay más trabajos sobre cómo se produce la sensación de placer en el cerebro. También sobre cómo reconstruir un pene, una vagina, etc.“Pero no hay estudios sobre dónde está la percepción corporal: ¿es genética, está en el cerebro?... Porque desde otro punto de vista sería una dismorfofobia: tengo el pecho pequeño, soy anoréxica... es una enferma, el transgenérico es un enfermo y el tratamiento sería cirugía. Son fobias: Odio mi cuerpo.”
Le preguntamos si es un problema psicológico: “Hemos hecho encuestas a los jóvenes y muchos no están de acuerdo incluso con los dedos de los pies, los tobillos... Hay muchas cosas que no responden a cánones estéticos. Es una sociedad totalmente enferma en ese sentido.”
Sobre si hay una justificación biológica, hormonal..., nos aclara: “No, no no... tú haces un análisis a un transgenérico y hormonalmente, una chica que se siente hombre tiene las mismas hormonas que si se siente mujer. Por eso les ponen tratamiento hormonal sustitutivo. No hay estudios que digan por qué”.
Nos comenta que el científico que más estudió estos temas ¡falsificó una investigación!. “Hay mucho de eso. Yo no creo que la investigación científica, aparte de los pufos que hay incluso de [premios] Nobeles... la presión del profesorado y los científicos es tan bestial que se publica con datos cuantitativos, no hay nada cualitativos. Hay tests que miden calidad de vida, pero eso es diferente en cada cultura y nivel económico.”
Continuará en Entrevista a la Sexóloga Carmen López Sosa, 2
(no es necesario registro).
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