Reavivar la llama

  La vida en pareja sufre altibajos. Comienza siendo un cúmulo de pasión y amor a raudales. Se termina apaciguando y llega la monotonía.
  Seguramente si tuviéramos que seguir el ritmo de los primeros meses, moriríamos en breve espacio de tiempo, porque no hay cuerpo que aguante semejante tralla.

  Pero pasar de esa pasión a tener cierto cariño a nuestra pareja, no es lo ideal, de hecho parece que es la muerte de la pareja y la continuidad de una amistad.

  Una de las cosas que se suele olvidar con más facilidad, es tener detalles con la persona que vive bajo el mismo techo. No estoy hablando de nada material o que pueda ser comprado con dinero. Se trata de darle atención, de hacerle saber que es el protagonista de nuestra vida.

 

  Es algo tan sencillo como interesarse por cómo le ha ido el día, darle un abrazo cuando nos cruzamos con él/ella por el pasillo, recordarle lo importante que es. Pero parece que lo habitual, es que el día a día nos lleve a reprochar aquello que nos molesta, antes que halagar lo que nos gusta de esa persona. Y olvidarnos por completo de esta parte última.

  Cuando nos cuentan algo, en vez de practicar la escucha activa y animar a que nos cuente cosas, la actitud que le damos es la de: “ya esta contándome éste/a el rollo de día que ha tenido en la oficina, menudo coñazo!!”. Si fuera algo que hiciéramos de forma puntual, no tendría mucha importancia, pero como es lo habitual, termina quemando y minando a la pareja.

  Prestar atención, reavivar el contacto, ayudan a mejorar nuestra vida de pareja. Puede que si tú no lo haces, encuentre ahí fuera una persona que le preste la atención que no recibe de ti, y puede que no te den una segunda oportunidad para arreglar lo que se estropeó a lo largo de los años.

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