Que a los hombres se les van los ojos a los escotes, no es ninguna novedad. De hecho hay quien dice que nosotras nos ponemos escotes, esperando captar la atención de los hombres.
Se piensan que los habitantes de los países nórdicos, debido al frio que suelen tener durante gran parte del año, son también personas frías. Ya hace unos meses hablamos sobre éste mismo tema, cuando contábamos lo mucho que “ponían” los castillos navarros.
Bien, pues ahora tenemos la confirmación, que ciertamente los habitantes de Europa del norte, no son tan fríos como parecían.
No me digáis que no tiene gracia el asunto, eh?? Primero por ser una cena de gala. Siempre pensamos que estas cosas pasan dentro de nuestro ámbito normal en el que nos movemos todos los días. En nuestro grupo de amigos, en el trabajo, si pasas por una obra… ¡¡¡pero en una cena de gala!!!!??? y el marido de una presidenta de Gobierno, a una princesa??? como que ya es algo fuera de lo normal. Uno siempre pensaría que estas personalidades, están por encima de lo carnal, pero no, que va!!! este hombre buceaba en el escote.
Pero no nos quedemos sólo en las personas que son. ¿Qué me decís de la miradita?? Ni fue de reojo, ni fue un momento. Vamos que si la chica no se da cuenta, hubiera ido por una linterna y se habría puesto a explorar.
Yo me pregunto que habrá dicho su mujer cuando se haya enterado de estas miradas “furtivas” en dicha cena. Yo me imagino a su mujer diciéndole “pero Pentti, ¿¿en qué estabas pensando???? ¿no te diste cuenta que aquello iba a estar lleno de cámaras?? … ¡¡me avergüenzas delante de media Europa!!", ¡no te vuelvo a sacar de casa!”.
¿Y el príncipe? ¿qué habrá sentido al ver que su mujer atrapa miradas de esa manera? Seguro que ambos se están partiendo de risa con la cara que pone el pobre Pentti al verse pillado “in fraganti”.
Parece que le da lo mismo que le vean o no, aunque cuando ella vuelve la vista, intenta disimular lo mejor posible. Pero debe haberlo pillado, porque la princesa parece llevarse la mano al escote...
La atracción masculina por las tetas, mamas, ubres o pechos femeninos es más que conocida. De hecho, los escotes, corpiños, corsés y la lencería buscan potenciar esa gozosa parte del cuerpo, levantarla altiva, aumentarla o reducirla para acomodarla a los gustos y tendencias del momento. Así que las mujeres conocen e intentar aprovechar esta fascinación del varón en beneficio propio.
Claro, escandalizarse de que estos esfuerzos tengan éxito parece un poco injusto, ¿no? Es verdad que no se justifica quedarse mirando de modo tan descarado como en el video, aunque supongo que el pobre hombre no ha sido capaz de procesar conscientemente el tema, y su cerebro límbico le ha traicionado.
(no es necesario registro).
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