Menores Polacas ofrecen Sexo a cambio de Móviles y regalos

  Ya hemos hablado de las menores que bailaban como gogos en discotecas para ganarse algo de dinerillo. No era un tema muy tranquilizador para los padres de esas chicas, pero ésta noticia es mucho peor.
  Hoy traemos otro tema similar, que tiene que ver con el consumismo y la pedofilia. Chicas menores de edad cambian sexo por regalos (teléfonos móviles, ropa, cenas, entradas a conciertos,

  La polémica salió a la palestra cuando se estrenó la película polaca “Galieranki” (Mall Girls, chicas de centro comercial), dirigida por Kashia Roslaniek en la que se exponen estas prácticas.

  Según se indica en el informativo, la contraprestación sexual se produce en los baños y parkings de centros comerciales.

  Un estudio indica que 1 de cada 5 jóvenes polacas ha realizado estas prácticas al menos una vez.

  En el siguiente video podéis ver la noticia emitida en la cadena de TV LaSexta:

Sexo pedófilo a cambio de regalos

  Desde luego, el capitalismo no es un sistema socio-económico que fomente la ética.

  Cuando lo único que importa es el dinero, y la posesión de todo tipo de objetos que muestren nuestro status (consumismo), es inevitable que ocurran situaciones y prácticas tan lamentables como las mostradas en esa película.

  Los adolescentes son muy sensibles a la presión de grupo y necesitan fuertemente ser valorados por su grupo de pares.

  Dentro de esta puntuación que deben superar para ser aceptados en el grupo, la ropa de marca y los gadgets tecnológicos (muy especialmente el teléfono móvil o celular) son unos de los principales indicadores de status.

  Si a eso le sumamos la difícil situación económica que vivimos en la actual crisis-fraude, a estas chicas (muchas hijas de madres solteras o separadas) la única forma que se les ocurre de conseguir el nivel de consumo deseado es ofrecer a cambio su propio cuerpo.

Prostitución de menores

  Es llamativo que no se consideren prostitutas, agarrándose a la débil excusa de que no aceptan dinero sino “regalos”.

  Asimismo, llaman “patrocinadores” a los adultos que contratan sus servicios.

  Eufemismos que no ocultan una terrible realidad: pasar de ser “chica de centro comercial” a una vida de prostitución no me parece tan difícil cuando el mercado laboral es tan poco alentador.

Sexualidad responsable

  Defiendo la libertad de vivir la sexualidad como cada uno considere oportuno, pero siempre que sea consentida y sin violencia, no exista abuso, y no sea entre un adulto y un menor.

  No creo que una menor con necesidades económicas y que valore más tener mejor ropa o un teléfono más cool, haya recibido una adecuada educación sexual. Desde luego, no estoy de acuerdo con su escala de valores.

  Discrepo Tarzán, el capitalismo no es algo que haya empezado ahora, ni con los teléfonos móviles. Entiendo que en una época de crisis, de hambruna, que por sobrevivir haga cualquier cosa, y por cualquier cosa, entre todo lo que una persona pueda imaginar y más. De hecho en épocas de guerras y posguerras ha ocurrido.

  Creo que llegar a este punto por parte de adolescentes, no es consumismo o capitalismo. Porque si fuera así, desde hace años se habría empezado a hacer. No sé si es falta de educación, de cultura, ética, moral o qué puede ocurrir en la mente de estas adolescentes para que no se valore en esta vida el cuerpo y lo que haces con él, o se valore tan poco como para tener sexo con cualquiera por una mísera entrada para un concierto. Y eso en mi tierra se llama prostituirse.

  La cuestión es plantearse en cuánto tiempo lo tendremos en España o el resto de países. Con tanto descerebrado, en poco tiempo estará por todo el mundo. 
  Las buenas ideas o las constructivas no crecen tan rápido, pero las que no requieren trabajo, ni pensar, se extienden a una rapidez espeluznante.

  Una menor que acepta un teléfono a cambio de sexo, no tiene necesidades económicas, lo que no tiene es cerebro y ni ha tenido educación sexual previa, ni ninguna otra. Habría que empezar a revisar qué se cuece en las casas de dichas menores. Porque si tienen crisis económica en casa, la prioridad sería la comida, vestir o pagar los gastos de una casa, antes que unas entradas o un móvil. 

  Eso no es crisis económica, eso es estupidez.

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